2/ Domingo de la Palabra de Dios 2024, las entrevistas a los catequistas y lectores

Kali McMorris es una de los candidatos que recibirán el ministerio de Lector de manos del Papa. Es jamaicana, de la arquidiócesis de Kingston.

¿Cuándo sentiste dentro de ti el deseo de servir al Señor y a tu comunidad a través del ministerio de Lectora?

«A la edad de 10 años me pidieron que leyera en el funeral de mi abuelo. No era la mayor, pero por alguna razón fui elegida. En aquella experiencia me di cuenta de la importancia que tiene no solo escuchar la Palabra, sino también compartir las Escrituras para que los demás también puedan ser animados por ellas».

¿Qué significa en el mundo de hoy y para la comunidad cristiana de vuestro país anunciar la Palabra de Dios al pueblo?

«Los medios de comunicación nos transmiten mensajes contundentes, muchos de los cuales contrastan directamente con los valores y enseñanzas morales cristianos. La publicidad promueve particularmente los valores, temas e ideas del mundo. Con demasiada frecuencia se deja de lado la escucha, el análisis en profundidad, la lectura personal y se atrae la atención mediante imágenes, eslóganes, titulares de periódicos, vídeos y otros instrumentos de acceso rápido. Por tanto, escuchar la Palabra bien proclamada es hoy un instrumento muy importante para la evangelización y la catequesis. En Jamaica, a los católicos se les suele acusar de no conocer las Escrituras y de no estar basados en ellas. La proclamación de las Escrituras en nuestras iglesias debe tomarse en serio, para que podamos demostrar la centralidad de la Palabra de Dios en nuestra fe, liturgia y cultura».

¿Cómo te sientes al pensar que recibirás el ministerio de Lectora de manos del Papa Francisco?

«Mi corazón está lleno de gratitud. Es un honor y un privilegio; y me asombra la idea de ser tan bendecida por la presencia del Papa Francisco. Su ministerio y su humanidad me han conmovido personalmente. Recibir esta llamada al ministerio por parte del Papa confirma mi llamada a servir a la Iglesia a través de mi vocación como lectora y a utilizar este don de la lectura pública para compartir la Palabra de Dios. Tengo el honor de representar a mi Arquidiócesis, a las Hermanas de la Misericordia con quienes comparto el ministerio de directora de escuela y a los fieles de Jamaica, que miran a nuestro Santo Padre para tener esperanza y una guía en estos tiempos confusos».