3/Domingo de la Palabra de Dios 2024, las entrevistas a los catequistas y lectores

17 enero 2024

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In foto: copertina interviste ai catechisti e ai lettori

 

3. Maria Erivan Silva, de la arquidiócesis de Fortaleza, en Brasil, quien será instituida catequista.

 

¿Cuándo sentiste la llamada a servir como Catequista?

 

«Soy catequista desde los 14 años, desde que me preparaba para el sacramento de la Confirmación en mi parroquia de São João Batista - Horizonte-Ce. Comencé a trabajar con niños de 7 y 8 años. Al principio lo que amaba de la Iglesia era la liturgia, sobre todo el canto. En mi corazón de adolescente tenía el deseo de cantar en la iglesia. Sin embargo, cuando comencé a ser catequista encontré realmente la respuesta a mi deseo de ser Iglesia y contribuir a su misión evangelizadora. Desde entonces, sigo haciendo catequesis, educando en la fe a niños, jóvenes y adultos; hoy formo y acompaño a catequistas de diferentes niveles, tratando de apoyar la Catequesis de iniciación a la vida cristiana con inspiración catecumenal en las parroquias. Puedo decir de todo corazón que en la catequesis me encontré como persona, como laica, como cristiana católica, consciente de mi misión bautismal».

 

¿Qué papel desempeña el catequista en tu Iglesia diocesana y en tu país?

 

«El catequista en la arquidiócesis de Fortaleza es una persona apasionada por Jesucristo y por la Iglesia, que lleva consigo el ardor por la misión de iniciar a las personas en la fe, de acompañar a muchos hombres y mujeres que buscan conocer a Jesucristo y su Iglesia, con una testarudez amorosa y audaz de ir dondequiera que esté la gente, en los lugares más remotos. Los catequistas son hombres y mujeres que trabajan, que se ocupan de sus familias y que ponen sus sábados y domingos al servicio de estar con las personas que les ha confiado la Iglesia a través de la catequesis en las pequeñas comunidades y en las capillas».

 

¿Qué emociones sientes al pensar que recibirás el ministerio de Lectora de manos del Papa Francisco?

 

«Estoy muy emocionada. Siento una mezcla de sorpresa, alegría y un gran honor por un don tan grande. No sé cómo me sentiré el día 21, en el momento de la celebración. No creo merecer una gracia tan grande, pero la he recibido con humildad y en silencio le he dicho al Señor: “Aquí estoy”. Encontrarme ante el Papa Francisco y recibir el Ministerio por la imposición de sus manos es un gran acontecimiento, una gran bendición para mí y, me atrevo a decir, para todos los catequistas de nuestro país y de la Arquidiócesis de Fortaleza. Para mí, el Papa Francisco es una persona que, con su forma amorosa de hacer las cosas, consigue decir exactamente lo que la gente necesita escuchar. Toca los corazones sin necesidad de muchas palabras. Y como sucesor de Pedro, ha ofrecido a la Iglesia de hoy una nueva manera de mirar a los pobres y a los excluidos y de cuidar nuestra casa común. Para mí, es sin duda un punto de referencia que le dice al mundo que Cristo llama a todos y les da vida nueva».